martes, 10 de mayo de 2011

Jose Gervasio Artigas

Artigas tuvo una actuación destacada en las luchas independentistas y en el predominio de las ideas republicanas y democráticas sobre las monárquicas. Luchó sucesivamente contra el Imperio español y el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve y contra los unitarios instalados en Buenos Aires y Montevideo.
Artigas era oriental, entendiéndose como tal al nacido en la Banda Oriental, compuesta por lo que actualmente es Uruguay y por parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur. De manera directa, sus luchas se orientaron a la conformación de la Liga Federal, organizada estrictamente sobre los principios del federalismo y la república. A la Liga Federal se unieron, además de la Provincia Oriental, las provincias de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y los pueblos de Misiones bajo el control de Andrés Guazurary, todas ellas parte actual de la República Argentina, por entonces Provincias Unidas del Río de la Plata.
Su férrea defensa de la autonomía federal de las provincias contribuyó de manera indirecta a la independencia de España de los territorios que conformaron la Liga Federal. La Provincia Oriental se terminaría independizando de España en 1815. En 1828, al concluir la Guerra del Brasil, parte de la Provincia Oriental - el norte se mantuvo en poder brasileño - se transformó en un Estado autónomo separado del resto de las provincias y luego independiente, el Estado Oriental del Uruguay, cuando Artigas ya se encontraba en su largo exilio en Paraguay, país donde murió. Es decir que Artigas jamás consideró a la Banda Oriental como país independiente, ni nunca la llamó Uruguay.

Fummdador de Uruguay y lucho por la independencia

Himno nacional de Uruguay

Uruguay nació a la vida independiente en 1828, cuando se firmó la Convención Preliminar de Paz entre Argentina y Brasil con la mediación interesada económicamente de Inglaterra. El nuevo país no poseía símbolos nacionales: ni bandera, ni escudo, ni himno. El Gobernador Provisorio, José Rondeau, recibió entonces el ofrecimiento de Francisco Acuña de Figueroa de colaborar en la redacción de un himno y, para la Jura de la Constitución el 18 de julio de 1830, presentó un proyecto de Himno Nacional. Éste fue aceptado, pero debió esperar tres años para convertirse en el himno oficial. El Himno uruguayo ha sido considerado por distintos estudiosos de la música, como uno de los himnos más bellos del mundo.
El himno fue presentado nuevamente por Francisco Acuña de Figueroa al gobierno del primer presidente, Fructuoso Rivera, que lo aprobó el 8 de julio de 1833. Si bien hubo consenso casi desde el principio de que la obra poética tendría ese carácter, algunos la ponían en tela de juicio debido a las violentas diatribas contra España, Portugal y Brasil que contenía. En el acto de gala en el Teatro San Felipe el 25 de mayo de 1833 se cantaron sus versos con música de Antonio Sáenz, pero cuando se ejecutó por primera vez como himno oficial, el 18 de julio del mismo año, la música era de Barros.
El 12 de julio de 1845 se aprobó una reforma en las estrofas, realizadas por el propio autor, que finalmente sería la versión definitiva. Francisco Acuña de Figueroa quitó las referencias más duras a España, Portugal y Brasil y agregó a la primera estrofa la frase “Tiranos, ¡temblad!”, que posteriormente se haría célebre. La letra de la canción contiene 11 estrofas de 8 versos decasílabos cada una, a la que se agrega el estribillo de 4 versos. Actualmente de la misma sólo se canta la primera estrofa y se repite dos veces el estribillo.
Francisco Acuña de Figueroa también es autor de la letra del Himno Nacional de Paraguay.

jueves, 5 de mayo de 2011

Ave y arbol nacional de uruguay

Flora

Artículo principal: Flora de Uruguay

Ceibo (Erythrina crista-galli), la flor nacional del Uruguay.
Se define como flora de Uruguay a las alrededor de 2500 especies vegetales distribuidas en 150 familias, ya sean nativas o foráneas, que existen en ese país.
La existencia de zonas diferenciadas de especies a lo largo del territorio está determinada, principalmente, por la existencia o no de irrigación artificial, cuya falta produce que en la mayor parte del territorio uruguayo predomine la pradera natural. Por otra parte, las especies vegetales de gran porte pueden encontrarse en quebradas, sierras, riberas de ríos y zonas aledañas a las mismas.

Aves

Artículo principal: Anexo:Aves de Uruguay
Entre las aves se destacan horneros, benteveos, buitres, lechuzas, pavos, colibríes, cisnes, y patos silvestres.

El Tero es el ave nacional del Uruguay.


Traje tipico de Uruguay

En los comienzos de la colonización las tierras de la Banda Oriental (actual territorio de Uruguay y parte de la actual Argentina), estaban habitadas por los Charruas, los Chanás y los Guanás. Esto facilitó la unión de culturas, formas de vida y vestimenta y así nació el gaucho:

VESTIMENTA TÍPICA DEL GAUCHO:

Incluye un poncho (gran capa talar o capote tipo manta con un tajo en el centro para pasar la cabeza), un facón (cuchillo de gran tamaño), un rebenque (látigo) y pantalones amplios llamados bombacha de campo, sostenidos con un cinturón con una faja de lana tejida y un ancho cinturón de cuero adornado a veces con monedas (llamado tirador) (véase más adelante "rastra"), y un "chiripá", lienzo atado a la cintura como un pañal, una de cuyas funciones era proteger del frío (el frío fue llamado muchas veces con la palabra quechua del mismo significado: "chiri"). El poncho, como el hábito de tomar mate (una infusión servida en una calabaza ahuecada, que se sorbe con un tubo de metal llamado "bombilla"), fueron tomados del "indio", por ejemplo de los aborígenes het tomó el gaucho una de sus más singulares armas: la boleadora; así como el caballo, el "chambergo" (sombrero alar), la guitarra eran herencia de los conquistadores españoles.

El gaucho solía montar con las llamadas "botas de potro", que no tenían tacones y eran abiertas en las puntas, de modo que los dedos de los pies quedaban descubiertos. Más tarde se generalizó (por influjo de los pastores vascos) el uso de zapatillas de lona con suela de soga (de esparto, enequén etc.), sin cordones y con un tajo en el empeine, llamadas "alpargatas". Las botas de cuero curtido y con tacones era un bien demasiado caro, si bien la mayoría de los gauchos ahorraba para obtener botas que lucir en las festividades, tales botas se acompañan con espuelas, destacándose las grandes espuelas de plata llamadas "nazarenas". Otro elemento típico de la indumentaria del gaucho son sus cinturones, los más conspicuos son llamados "rastras", consisten en cinturones anchos de cuero, adornados con apliques de metal (chirolas), frecuentemente con monedas de plata (patacones); rastras, ponchos y nazarenas suelen ser verdaderas obras de arte, aunque en los trajines cotidianos el gaucho suele usar a modo de cinturón una faja de lana artísticamente tejida.

Del conquistador recibe el caballo y la guitarra; del indio, el poncho, la vincha, el mate y las boleadoras.

El sombrero, recuerda al español andaluz, puede ser de cuero u ovejuno (de lana), de ala ancha y retobado por delante, abotonado en la copa, para ver mejor en las espesuras del monte. Tiene dos barbiquejos de cuero graneado o tejido en tientos, sirven para sujetarlo mejor, uno va por debajo del mentón y el otro en la nuca.

Chaqueta corta y justa al cuerpo, adornada con un bordado en avispero formando listo-nes verticales. También recuerda la vestimenta andaluza. Por debajo de ella, usa una camisa de cuello justo.

Pantalón bombacha muy amplias, en la cintura unas tablas proporcionan el ancho nece-sario. Se ajustan en los tobillos con dos botones. Tiene su origen en el bombachón español anti-guo, que en América se alargó para cubrir bien las piernas. La amplitud fue necesaria para prote-gerse de las mordeduras de serpientes. Suelen ser de tela muy fuerte de trama ajustada, ya se traten de lana o algodón. También van adornadas con listones verticales a los costados, de borda-do en avispero.

Como cinturón, usa una lonja graneada con hebilla ya sea de plata, alpaca, hierro o palo santo. Pero lo más característico es la rastra, o sea un cinto muy ancho, de alrededor a los 0,12 cm. Tiene su origen en la necesidad de guardar los caudales que llevaban en los largos viajes y para ello al revés tenía un bolsillo secreto. También cumplía la función de protector del cuerpo. Es de cuero graneado, a veces adornado con costuras de tientos de corzuela y agregados de plate-rías. El calzado, es la bota corrugada o de fuelle, cuya razón de ser es la protección contra las mordeduras de alimañas. Las espuelas siempre acompañan a las botas, son de hierro forjado, con rodaja cantora de pocas puntas y suelta en su eje.

El poncho, es una prenda de abrigo, ya utilizada en tiempos prehispánicos y representati-vos de la población criolla posterior. Es la manta que acompañó siempre a todo viajero. Mide alrededor de 1.50 m. por 1.90 m. y está compuesto por dos paños cosidos a mano con punto en zig zag o ala de mosca. Por razones prácticas, se deja abierto unos 0.35 cm. en la parte central, que sirve para pasar la cabeza. En su contorno lleva flecos, cosidos a mano. La razón de que sea en dos paños es por su origen andino antiguo. Luego esta prenda fue adoptada por los criollos, generalizándose su uso en toda América. Los colores y las franjas, variarán en cada región, siendo este el distintivo que los identifica.
Es tejido en telar horizontal de catre. Generalmente es de lana (oveja, vicuña, guanaco, alpaca o llama), pero también solía hacerse un poncho de hilo de algodón mezcla con seda, de trama muy ajustada, que servía en los viajes como rompeviento e impermeable. En cuanto al color, eran los naturales de la fibra empleada para su tejido, aunque también se teñía con produc-tos vegetales de la zona, nogal, mistol, etc.

En tiempos coloniales se cultivaba mucho en Salta el añil, para teñir en azul, de forma que los ponchos azules fueron tradicionales. También el rojo grana, obtenido con la cochinilla y oscurecido con la trama en negro, se usaba por un principio religioso, relacionado con la sangre de Cristo y su manto. A comienzos del siglo **, se usaba el poncho rojo por tradición.

VESTIMENTA TÍPICA DE LA MUJER:

Es igual, salvo que en lugar de bombacha, lleva una falda larga a media pierna. Y debajo de la chaqueta una blusa. Para montar utilizaba una silla para mujer en que va sentada, pero sino posee esta, usa el apero varonil para lo cual viste también bombachas amplias. También usa el poncho, pero más apropiado es el mantón o chal, prenda rectangular de lana, en una sola pieza tejida en telar, posee flecos en los bordes, sujetos a un rapacejo en punto macramé. Su origen es netamente hispano.

martes, 3 de mayo de 2011

Comida tipica del Uruguay

La carne y la leche

La producción de carne vacuna y la amplia explotación del sector de lácteos hacen de la gastronomía uruguaya un monopolio cárnico, predominando los alimentos derivados de la ganadería, entre los cuales se encuentra la carne de cuadril, el asado, las costillas, las achuras, los chinchulines, la ubre, la lengua y la molleja. Destacan, además, los alimentos procedentes del ganado porcino y ovino, así como aquellos obtenidos a partir de otras partes de la vaca (véase morcilla). En esta línea resaltan los chorizos, los embutidos y distintas variedades de jamón (cocido, crudo o ahumado), paleta, lomo, tocino y panceta (o bacon).
No es menos representativa la producción de la industria lechera, de la que se obtienen muchos de los ingredientes más elementales de la cocina nacional: la manteca (o mantequilla), la crema doble (como se denomina a la crema de leche sin batir), la crema chantilly (crema de leche batida o "nata" en España), el dulce de leche, distintos tipos de quesoColonia, semiduro, magro, muzzarella, de sándwich, roquefort, ricota, untable, etc.–, el yogurt, la leche entera o descremada pasteurizada y la leche en polvo.

Típica parrillada uruguaya.

Parrillada

Artículo principal: Parrillada
La parrillada, un tipo de barbacoa, es quizás la comida predilecta de los uruguayos. Lo que es importante resaltar que la cocción se realiza con las brasas de la madera, y no con carbón como se hace en el caso de la barbacoa. Tanto en la capital, Montevideo, como en otras zonas del interior del país, es común encontrar restaurantes, bares y centros de comida en donde la consumición cárnica figura como menú principal. Además, es muy frecuente que se organicen reuniones con o sin motivo de conmemoración, en las que se reúne dinero suficiente entre los invitados para auspiciar la parrillada o contribuir con su realización. Por lo general, y salvo contadas excepciones, el consumo de carne vacuna y porcina predomina notoriamente sobre los de otros animales. No obstante, el conejo, la liebre, el ñandú, el pato, el pollo y el jabalí cuentan con gran representación en las áreas rurales. En los últimos años se ha prohibido, según decreto del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, la ingestión de carne de caballo, siendo penalizada tal práctica desde todo punto de vista.
El asado, el pollo a la parrilla o al spiedo, el chorizo, la morcilla, los chinchulines, mollejas, tripa gorda, chotos (Parrillada) y la pamplona (arrollado de carne de cerdo o de pollo, relleno de queso, jamón, pimiento, aceitunas o pasas de uva) siguen siendo los platos preferidos por más de la mitad de la población. Sin embargo, caben agregar otros platos como el churrasco, las hamburguesas (generalmente hechas a partir de carne vacuna), y el clásico plato nacional, el chivito, un tipo de sándwich que puede ir o no acompañado de sobremesa.[1]
Existe la mística del famoso "asado de obra" (lugar donde se realiza una construcción) el cual despide un aroma inconfundible para las transeuntes.
Por último, todos los años en víspera navideña o de año nuevo se acostumbra consumir cordero o lechón, a menudo por encargue y con anticipación, de modo que muchas carnicerías o casaquintas se ven desbordadas en esa fecha a tal efecto.
El 13 de abril de 2008, se realizaró en Montevideo, Uruguay, el asado más grande del mundo. El mismo fue certificado por el juez Danny Girton del Libro Guinness de los Records. El Evento se llevó a cabo en el predio de exposiciones de la Asociación Rural del Uruguay en el Prado de Montevideo, el mismo fue organizado por INAC (Instituto Nacional de Carnes). Se asaron 12.000 kg de carne en 1.500 metros de parrilla. Participaron 1.250 asadores, más de 600 voluntarios y más de 300 personas vinculadas a la organización y el público asistente fue de 20.000 personas entre los que se contarán 4.000 escolares y 1000 invitados especiales. Se batió el Record Guinness obtenido por la ciudad de Hermosillo, México de “La carne asada más grande del mundo” logrado en el 2006 con la cocción de 8.000 kilos de carne asada en 1.290 metros de parrilla y con una participación de 2.000 voluntarios.

[editar] Asado con cuero


Cordero asado con cuero al aire libre.
El llamado "asado con cuero" es un método de cocción de la carne, característico de la tradición gaucha. Es un plato típico del río de la Plata, por lo que se conoce tanto en Uruguay como Argentina. Consiste en asar carne vacuna u ovina con el cuero. La cocción se puede realizar en una parrilla o en un pincho o espiedo al aire libre. En el caso de la carne vacuna existen dos variantes: una con pelo y la otra con el cuero pero sin el pelo. Habitualmente en este tipo de preparación se utilizan animales jóvenes, como terneros (vacunos) o corderos (ovinos).
La cocción lleva varias horas con brasa a fuego lento, de manera de que el cuero no se queme. La finalidad de asar la carne con el cuero es para que la carne no se seque con el calor ya que, de otra manera, resultaría muy difícil asar por ejemplo un cuarto trasero vacuno sin que se secara. Además, el cuero le aporta un sabor inconfundible a la carne asada.

Chivito

Artículo principal: Chivito
El chivito es un plato típico uruguayo. Consiste en un sándwich que contiene carne vacuna, generalmente de lomo (lo que facilita el corte con la dentadura) a la plancha. Habitualmente suele agregársele jamón cocido, panceta (tocino), queso muzzarella (mozzarella), lechuga, rodajas de tomate, rodajas de huevo duro y morrón (pimiento) y aderezarse con salsa mayonesa. Es común que se lo acompañe con una porción de papas fritas, ensalada rusa u otras guarniciones.
Existen diversas variedades de chivito, siendo la más común el llamado chivito canadiense. También se ofrece el llamado chivito al plato, un sándwich similar al chivito canadiense pero abierto.
El chivito uruguayo no debe ser confundido con el chivito argentino, que se realiza a partir de carne caprina y es característico de las provincias del norte.

Choripán

Artículo principal: Choripán
Consiste en chorizo al pan acompañado de lechuga y tomate, con salsas varias. El mismo es muy popular como comida al paso, y generalmente se degusta en "Carritos de Comida" (locales móviles que están en la calle). Por las décadas de los 70 y 80 del siglo XX se dio la proliferación debido a la popularidad de "El Galleguito", empresa de Carritos que popularizó el choripán con todo tipo de condimentos y acompañamientos.

Sándwich olímpico

El sándwich olímpico consiste en un sándwich triple de pan de molde relleno de jamón, queso, huevo duro, tomate, lechuga y salsa mayonesa. Es una variante del sándwich de miga.

Pancho

Artículo principal: Perrito caliente
En Uruguay se denomina pancho al sándwich con una salchicha de Frankfurt (frankfurter) hervida servida en un pan de forma alargada, conocido como pan de Viena (un pan ligero, esponjoso, de miga blanda y corteza suave y pareja), al que se le realiza un corte longitudinal. El pancho es conocido internacionalmente como "hot dog" o "perrito caliente.
El pancho suele llevar sobre sí distintos aderezos, como salsa kétchup, salsa mayonesa, salsa golf o aderezo a base de mostaza. El porteño es un pancho cubierto de jamón y queso gratinado.
También se come otra variedad de salchicha conocida como "húngara", más picante. A diferencia del frankfurter, que suele hervirse, la "húngara" suele cocerse a la plancha. Una variación del frankfurter son las "pildoritas", pequeñas salchichas de consumo típico en copetines, servidas al plato sin pan. Suelen ser acompañadas con los mismos aderezos que el pancho.

Milanesa

Artículo principal: Milanesa
Como resultado de la llegada de inmigrantes italianos a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la cocina rioplatense se vio beneficiada y enriquecida por una tradición europea que se asentaría y establecería de forma definitiva en Argentina y Uruguay. Los italianos, en su mayoría de Nápoles, Piamonte, Bolonia y Calabria, introdujeron un plato especial y único hasta el momento, la milanesa. Ésta, consistente en carne vacuna machacada pasada por huevo y empanada pan rallado, tanto frita en aceite de girasol como horneada, recibió diferentes combinaciones y tratamientos según el gusto de cada consumidor. Por un lado, la milanesa a la napolitana, cubierta de salsa de tomate, orégano, jamón y queso mozzarella, se convirtió en una fórmula específica que pasó a ser utilizada como receta principal en numerosas casas de comida del país. Otra variedad, la común, acompañada de unas gotas de limón, o la milanesa al pan (baguette con tomate, lechuga, mayonesa y jamón) son igualmente populares.
Dentro de la variedad de degustación existe lo que se llama "milanesa en dos panes", muy popular entre la gente de "comida al paso", la misma consiste en una milanesa al pan con tomate, lechuga, huevo duro y mayonesa, la cual se pone entre dos panes y se corta; constituyendo un abundante plato para el comensal. También pueden encontrarse milanesas de cerdo, pollo o merluza, así como de carne de vacuno picada o leonesa empanada.

Empanada

Artículo principal: Empanada
La empanada uruguaya, de consistencia muy parecida con la argentina, combina estilos gallegos e italianos. De masa fina a base de trigo, se consume tanto frita como horneada. A lo largo de los últimos años, este plato ha adquirido una enorme popularidad a nivel rural y urbano, siendo preparado en panaderías, centros comerciales y granjas artesanales. Su origen se remonta a la llegada de inmigrantes gallegos a Uruguay, a mediados del siglo XX, que instalaron principalmente confiterías en los centros más destacados de Montevideo y el interior del país. El éxito que obtuvo propició su vasta producción y su correspondiente extensión a otros departamentos que decidieron poner a punto la nueva tradición. Actualmente, es posible encontrar comercios especializados en la venta exclusiva de empanadas y tartas, que combinan recetas e ingredientes nacionales con aquellos regionales y de otros países en donde se encuentra bastante difundida su consumición.
Por último, las empanadas más comunes, o de mayor salida, son: las dulces rellenas de membrillo, dulce de leche y ricota con pasas, y las saladas gallega, mendocina, de jamón y queso, de queso y cebolla, de carne vacuna, la agridulce y la picante.

Pizza y fainá

Artículo principal: Pizza
Artículo principal: Fainá
La influencia italiana en Uruguay se hace aún más notoria en la cantidad de pizzerías y fábricas de pasta que se encuentran dispersas por todo el país. La pizza uruguaya sigue el modelo de la italiana y agrega otros ingredientes especiales como queso muzzarella, champiñones, anchoas, pescado, panceta, ananá, queso roquefort o morrón troceado. También dentro del menú ítalo-uruguayo se encuentra la llamada figazza (derivado de fugazza), hecha con masa de pizza, aunque sin salsa de tomate, y cuyos ingredientes principales son la cebolla y el morrón (pimiento), y el fainá de harina de garbanzo. Es típica, asimismo, la llamada pizza a caballo, una pizza cubierta con fainá.

Capelletti o Tortellini.

 Pasta

Artículo principal: Pasta
En otra línea, las pastas simples – tallarines , tirabuzones o moñitas –, o las rellenas – capeletis, añolotis, sorrentinos, tortelines, ravioles y ñoquis– suelen ir acompañadas de salsa de tomate o tuco, salsa boloñesa, pesto, tuco de carne, salsa de quesos o, en el caso de las últimas, de salsa caruso.
Véase también: Salsa caruso
En Uruguay es costumbre celebrar el «día de ñoquis» todos los 29 de cada mes, con el fin de reunirse en familia o con colegas para degustar esta pasta servida con algún tipo de salsa, y depositar dinero debajo del plato a modo de deseo para que el dinero no falte y se den mejores expectativas económicas para el mes entrante.[2]

 Torta frita

Artículo principal: Torta frita
La torta frita es una variante de la sopaipilla. Su principal característica consiste en que es una masa cocida en un líquido graso, como grasa (vacuna u ovina), manteca o aceite vegetal. La receta de la masa tiene diferentes versiones. Los ingredientes básicos son: harina de trigo, sal, grasa o aceite y agua. Hay quienes a la masa le agregan levadura, huevo, leche o azúcar.
Por lo general, su forma es circular y tiene un pequeño hueco en el centro, como si fuera un ombligo. Esto la caracteriza y su función es evitar el infaldo excesivo de la corteza de la masa. Antiguamente se era habitual cocinar tortas fritas en las tardes de los días lluviosos para acompañar el mate. Se le puede agregar dulce de leche, azúcar o sal en el exterior.[3]

 Revuelto gramajo

Artículo principal: Revuelto gramajo
A pesar de ser un plato originario de Argentina, es muy popular en Uruguay. El revuelto gramajo típico argentino está hecho con finas rodajas de papas fritas, jamón (crudo o cocido), cebolla, ajo, arvejas y pechugas de pollo, así como un "adobo" de especias varias. En Uruguay, en cambio, contiene simplemente papas fritas, huevos, jamón cocido, cebolla y ajo. Hay una variante que también incluye panceta.[4]

 Postres Típicos


Alfajores triples bañados de chocolate y nieve rellenos de dulce de leche.

Alfajor

Artículo principal: Alfajor
El alfajor es de origen árabe, y fue adoptado en el Río de la Plata y mejorado con dulces de origen (como el dulce de leche), pues es muy probable que haya llegado desde España de la mano de inmigrantes andaluces. Su origen se emparenta con otros productos de la cocina árabe como el turrón de almíbar. Con el arribo de los españoles a América, este producto fue introducido en la región especialmente por las comunidades religiosas que se establecieron para misionar y evangelizar.
En las Provincias Unidas del Río de la Plata se introdujo a mediados del siglo XIX, siendo uno de sus pioneros el francés Augusto Chammás, que llegó a esas costas en 1840, y en 1869 fundó una pequeña industria familiar dedicada a la confección de confituras, entre ellas el alfajor. La innovación que introdujo Augusto consistió en confeccionar el alfajor con tabletas redondas.
En Uruguay, la industria del alfajor se centra en los departamentos de Lavalleja, Maldonado y Montevideo. Destacan los fabricados en Minas[5] y Punta del Este, el primero de los cuales sigue una receta artesanal en la elaboración de esta golosina que se basa en la adición extra de dulce de leche y en una textura algo más plana. Los alfajores de Maldonado, en cambio, son por lo general más elaborados y presentan varias formas y sabores, como chocolate blanco, negro o nieve (glaseado de azúcar), y relleno triple. Empresas exportadoras nacionales llevan estos típicos alfajores uruguayos a otros mercados no solo de latinoamérica sino también de Estados Unidos y de la Unión Europea.

Postre chajá

Artículo principal: Chajá (postre)
El postre chajá fue creado el 27 de abril de 1927 por Orlando Castellano, propietario de la Confitería Las Familias en la ciudad de Paysandú.
Su nombre surgió al establecer un símil entre un ave autóctona nacional, el chajá, y el postre a base de merengue, bizcochuelo, crema, durazno y la frutilla (una variedad de la fresa).[6]

Massini

El Massini es un postre individual, de bizcochuelo, crema chantilly, con una tapa de bizcochuelo con caramelo. Es un postre originario de Italia, popularizado en Uruguay por la confitería Carrera.

Martín Fierro

Postre típico, que consiste en una rebanada de queso y una de dulce de membrillo, es prácticamente el mismo postre que en Argentina se llama postre vigilante.

Pasta frola

Artículo principal: Pasta frola
También conocida como pasta flora o pastafrola, es una Tarta de origen italiano consistente en una masa tipo Alemana cubierta con dulce de membrillo, batata (boniato) o de leche y adornado con tiras delgadas de la misma masa, dando forma de cuadriculado romboidal sobre la capa de dulce.

Ricardito

Es un postre hecho con una especie de galleta como base, merengue en el centro y bañado en chocolate. Fue creado por Ricard, de ahí el nombre. También hay lugares, como algunas panaderías, donde se hacen caseros con a veces dulce de leche en el medio o pegado en la base.

Garrapiñada

La garrapiñada consiste en maní, azúcar y vainilla; se vende en pequeños paquetes por vendedores en la calle; mayoritariamente en los meses de otoño e invierno (aproximadamente entre principios de abril y mediados de agosto ya que se trata del invierno del Hemisferio Sur).
Véase también: Almendras garrapiñadas
strudell"=== Otros Postres === Siendo Uruguay un país netamente de inmigrantes, también se realizan postres muy populares en otros países como ser: strudell (pastel arrollado de manzana de origen alemán), budín inglés, pan dulce, arroz con leche, churros, flan, ensalada de frutas, panqueques, helado o postre de gelatina.

Termo acompañado del mate típico de Uruguay, un calabacín ahuecado.

Bebidas analcohólicas

Una bebida, analcohólica y muy parecida al té es el mate, de origen guaraní. "Mate" es originalmente el nombre de un tipo de calabaza. La infusión toma el nombre de esta calabaza dura, vaciada, secada y cortada que es el recipiente tradicional para la yerba mate molida con la que se prepara la bebida que se consume caliente. Para su preparación, el mate (la calabaza) es llenado de yerba y algunos yuyos o hierbas silvestres opcionales, y la bebida se succiona a través de una bombilla (un sorbete tradicionalmente metálico, generalmente de plata, aunque también hay bombillas de caña).
El mate uruguayo (la bebida) suele ser amargo, variedad también conocida como «cimarrón», pero también se consume el "mate dulce", mate al que se le agrega azúcar o incluso alguna cáscara de naranja o mandarina.[7]
Es posible encontrar "mate cocido" (el preparado siguiendo el proceso del té), mate con leche, o mate con una pizca de miel y ron.
Artículo principal: Mate

Bebidas alcohólicas

Vino

Actualmente existe una gran producción uruguaya de vinos. El país ha apuntado en los últimos 20 años a una producción de calidad dada la imposibilidad de competir con el vino producido en grandes cantidades en regiones vecinas (como en las provincias de Mendoza, San Juan, y Salta en Argentina).
Una particularidad de la producción vitivinícola del Uruguay, especialmente la comercializada a nivel internacional, es el uso de la variedad de uva Tannat. Si bien hay otros países donde esta variedad es producida, incluido Francia de donde es originaria, la mayor parte de la producción proviene del Uruguay. El mismo también es utilizado para salsas en la variedad de "Carne a la salsa Tanat".
Véase también: Tannat

[editar] Medio y Medio

El medio y medio es un vino de corte producido a partir de la mezcla de vino espumoso dulce y vino blanco seco. El más conocido es el que lleva la marca del restaurante Roldós. Dicho restaurante abrió en el Mercado del Puerto en 1888 y, durante años elaboró el medio y medio en forma artesanal. Actualmente el medio y medio con su marca es elaborado por la bodega Bruzzone y Sciutto a partir del corte de vino espumoso moscato blanco y pinot blanc. Tradicionalmente se elaboraba únicamente medio y medio blanco, pero actualmente hay también rosado y tinto.[8]
En los bares populares se conoce como medio y medio a la mezcla de caña con vermú blanco.

[editar] Uvita

Es vino garnacha mezclado con oporto y luego añejado; agregándole azúcar en su versión dulce (es decir: abocada), lo que además lleva a un aumento de la graduación alcohólica. Pero las proporciones es un secreto guardado por la familia de don Augusto López fundador en 1895 del Bar Fun Fun desde hace más de cien años.
Dicho bar es famoso por que los más afamados artistas han estado allí, como: Carlos Gardel tomó uvita y acodado al mostrador de antaño cantó a capela para los presentes en 1933. También estuvieron Pedro Figari, Anibal Troilo "Pichuco", Julio Sosa, Juan D’Arienzo, Francisco Canaro, Astor Piazzolla, Osvaldo Pugliese, Wimpi, Fito Páez, Jaime Roos, Rubén Rada, Jorge Drexler, y Dolina entre muchos otros.

Copa de grappa.

Grappa

Artículo principal: Grappa
La Grappa se obtiene del destilado de orujos y borras provenientes de la fermentación de la uva, su origen es italiano. En el Uruguay se toma pura o mezclada como ser:
  • Grappa con limón.
  • Grappamiel, una bebida típica de Uruguay, mezcla de grappa y miel de abeja. La grappa con miel contiene en general alrededor de 25% de alcohol.
  • Grappa con yuyos o frutas, las cuales se pueden degustar en uno de los bares típicos de Montevideo el Bar "Los Yuyos", con una tradición de cerca de 100 años.

[editar] Caña

Artículo principal: Caña (bebida)
La caña es una bebida alcohólica obtenida a partir de destilados alcohólicos simples o de la destilación de mostos fermentados de jugos de caña de azúcar (guarapo) o de melazas o de mieles de caña de azúcar. Se le atribuye un origen paraguayo, que ya era fabricada en tiempos de los jesuitas.
El principal productor de caña es la empresa Caba S.A., de propiedad estatal, que ofrece tres variedades: la Caña de los 33, producto de la selecta mezcla de destilados luego estacionados en cubas de roble, la Caña Aneja Especial y la Caipirinha Bella Flor, aguardiente con aromas naturales de limón. En Brasil se consume una variante conocida como cachaça, que es muy utilizada para la elaboración del cóctel llamado caipirinha.
En el Bar Los Yuyos se venden cerca de 50 variedades de caña saborizada, siendo las más conocidas la caña con pitanga, la caña con orejones de durazno y la caña con drupas de la palmera butiá.

Espinillar

El espinillar es una variante uruguaya del ron. Se obtiene mediante la destilación de mieles de caña de azúcar y se añeja en barriles de roble por un mínimo de tres años. Es producido por la compañía Caba S.A. Se presenta en dos variantes: el "clásico" y el "roble". El espinillar roble posee un añejamiento de 10 años en barriles de roble. Esta bebida puede ser consumida sola, con bebidas cola o combinada en cocteles.[9

Monumentos del Uruguay

 por Mariano Arana
Por su estructura vial, por la calidad de sus espacios públicos, por el número y la jerarquía de sus obras artísticas y por el relieve estético de su masa edificada suele percibirse a Buenos Aires, Viena, Roma y París como ciudades ‘monumentales’. Disímil es el caso de Montevideo, más allá de los múltiples atractivos que posee el territorio que sustenta.


La capital uruguaya, sin embargo, cuenta con un rico patrimonio de monumentos singulares. De ese rico patrimonio hemos optado por ilustrar algunos, conscientes de que toda selección puede ser cuestionable. Cuestionable, aunque no necesariamente arbitraria, por lo que conviene señalar ciertas características comunes que presenta el conjunto de los ejemplos aquí considerados.

Anotemos en primer lugar el explícito reconocimiento de figuras trascendentes de nuestro proceso histórico o la exaltación de tradiciones y principios éticos y cívicos estructurantes de valores fuertemente arraigados en la idiosincrasia nacional.

Subrayemos, complementariamente, que la totalidad de las obras seleccionadas están localizadas en sitios emblemáticos dentro del contexto urbano, paisajístico y geográfico de la ciudad.
Confiamos que los trabajos que siguen –valoraciones críticas realizadas por destacados estudiosos de nuestro acervo cultural más dos trabajos propios sobre sendos memoriales– puedan facilitar un mejor conocimiento y aproximación sensible a la singular e indudable calidad artística de los monumentos reseñados.

Fuente de los atletas
 
por Alicia Torres Corral

“Escultorcito, ha ganado un premio”, le anunció Pedro Figari desde la vereda opuesta de una calle parisina a José Luis Zorrilla de San Martín, quien de ese modo se enteró que su Fuente de los atletas había sido premiada con la Medalla de Plata en el Salón de Otoño de 1925. Invitado a participar en la sección de artistas extranjeros del Salón, Zorrilla presentó una versión de la fuente realizada en yeso a un tercio de su tamaño natural. Ésta había sido previamente expuesta al público en el atelier de Antoine Bourdelle, motivo por el cual algunos afirman no se le habría otorgado la Medalla de Oro.

La idea original de la fuente data de 1920 y fue desarrollada bajo la clave estética que caracteriza toda la producción escultórica y pictórica de Zorrilla: un “ensimismamiento retrospectivo”,“posromántico”–como también lo calificó Roberto de Espada– que lo mantuvo al margen de la revolución artística de las vanguardias de inicios del siglo XX, y que lo llevó a idealizar y desarrollar con personal maestría los modelos consagrados del mundo clásico, en particular del humanismo renacentista.

El grupo escultórico está compuesto por tres jóvenes atletas que sostienen en perfecto equilibrio una pesada copa de borde ondulado de la cual surge el agua. Bellos y viriles, al tiempo que alzan la fuente se sujetan mutuamente para poder cumplir con tan ardua tarea. Sus piernas se afirman en los vértices de un triángulo equilátero virtual: el borde externo del pie izquierdo de cada atleta recibe el empuje del talón del pie derecho del atleta situado a su lado, reduciendo al mínimo la superficie de los apoyos y confiriendo levedad al conjunto.

La poderosa musculatura revela el esfuerzo físico, pero el trío no se muestra comprimido por la carga sino que emerge animado por un dinamismo ascendente que hace de esta escultura una pieza singular. No existe en ella el hieratismo característico de la obra escultórica de Zorrilla, quien coincidía con Aristide Maillol en que “la escultura debería tener el menor movimiento” y que éste debía ser puesto en los músculos mientras “el conjunto queda quieto y tranquilo”. Los cuerpos de los atletas se contorsionan sobre sí mismos y se enlazan conformando una pieza escultórica que parece elevarse del suelo. Casi idénticas entre sí, las figuras contribuyen a focalizar la atención en el movimiento del conjunto. Fuertes y armoniosos, los atletas no poseen ni la grandilocuencia ni la irascibilidad que ostentan otros personajes de Zorrilla.

No se trata de un monumento conmemorativo sino de una composición escultórica destinada al deleite de los sentidos.
En 1930, el municipio compró a Zorrilla la Fuente de los atletas para ornamentar el Parque José Enrique Rodó. El grupo escultórico original fue materializado en bronce (su fundición fue hecha en París) y se lo emplazó sobre un pedestal ubicado en el centro de un estanque poligonal regular de doce lados. Ambos –pedestal y estanque– fueron diseñados por Zorrilla y realizados en granito rosado. Para reafirmar el carácter esencialmente decorativo de la fuente, el escultor recurrió a las formas ‘modernas’ del art decó, estilo triunfante del Salón de Artes Decorativas de París del año 1925. Apoyó los atletas sobre tres prismas escalonados que a su vez descansan sobre el borde del plato que recibe el agua derramada desde la copa superior.

El rigor geométrico de los prismas contrasta con la forma ‘orgánica’ y alabeada del plato, y con las líneas sinuosas de los mascarones que ornamentan el pedestal y lanzan agua por sus bocas hacia el estanque inferior. A su vez, desde el estanque tres grifos proyectan chorros de agua que caen en el plato. El agua en movimiento dibuja contornos, realza texturas, multiplica reflejos y crea un ámbito sonoro que invita a la contemplación morosa de la fuente.
Cabe advertir a quienes decidan visitar la fuente, que la misma presenta un estado de total abandono. Desde hace varios años el sistema de bombeo de agua no funciona, el estanque está vacío y la copa superior devino maceta de un pequeño pajonal.

Autor: José Luis Zorrilla de San Martín (Madrid, 1891-Montevideo, 1975).
Fecha: París, 1925 (realización); Montevideo, 1930 (inauguración).
Ubicación: Parque José Enrique Rodó (Av. Gonzalo Ramírez y Joaquín de Salterain).

 La carreta
    
por Santiago Medero
Quizá sea La carreta el conjunto escultórico más característico de Montevideo y uno de los más conocidos y admirados dentro y fuera de fronteras. Antes de llevarse al bronce su proyecto recibió el Premio Folclórico que otorgaba el Ministerio de Instrucción Pública. Luego, el Concejo Departamental de Montevideo decidió encargarle la obra, en virtud de la calidad artística de la misma y del prestigio de su autor.

La carreta debía formar parte de las obras para ornar Montevideo con motivo de los festejos del Centenario de la Jura de la Constitución. Se realizó en Florencia (Italia) donde fue presentada en agosto de 1930, cosechando buenas críticas por parte de especialistas y del público en general. En Montevideo, se ubicó finalmente en el Parque Batlle, rodeada por un espacio verde diseñado por la Dirección de Paseos Públicos del Municipio, a cargo del arquitecto Scasso.

José Belloni, de ascendencia europea, viajó de pequeño a Suiza, regresó a Uruguay en 1899 y pronto volvió a Europa a completar su formación académica. El interés del escultor por la vida de la campaña oriental nació de su vinculación con los círculos intelectuales que cultivaban la idea de lo campestre como lo ‘auténtico’ y esencia del alma nacional. Belloni era lector entusiasta del Ismael, de Acevedo Díaz, así como de la poesía de Fernán Silva Valdés.

La carreta es el homenaje al que fuera el medio de transporte por excelencia de nuestra campaña, y más genéricamente al trabajo y a los orígenes de una nación que en su aniversario se festejaba a sí misma con confianza en el futuro. El monumento evoca el esfuerzo de los pioneros, la ‘dura conquista’, el éxodo, el ganado –fuente de la riqueza nacional– abriéndose paso con dificultad, y el carretero, “gaucho pastor y guerrero”. La suave curva en que se enmarca la escena indica la vastedad de la tierra, efecto que se refuerza con el reflejo en el estanque. Todo se plasma con un naturalismo sin concesiones pero, como afirmara José Pedro Argul, “hay amor en su copia”.

En definitiva, la obra encarna la fusión de ideas estéticas europeas con la voluntad de crear un relato propio basado en una esencia nacional anclada en sus orígenes.

Autor: José Belloni (Montevideo, 1882-1965).
Fecha: 1930 (realización), 1934 (inauguración).
Ubicación: Parque José Batlle y Ordóñez (Av. Dr. Américo Ricaldoni).
Monumento Histórico Nacional desde 1976.

Obelisco a los Constituyentes de 1830
 
por Liliana Carmona
La silueta del Obelisco, recortada sobre el arbolado del Parque Batlle, caracteriza el remate visual de la avenida 18 de Julio y se integra al equipamiento ornamental de Bulevar Artigas.

Fue realizado con motivo del centenario de la Jura de la Constitución, más precisamente se trata del homenaje de las instituciones bancarias a los integrantes de la Asamblea General Constituyente y Legislativa del Estado (1828-1830) que elaboraron la primera Constitución de la República Oriental del Uruguay.

Su construcción estuvo en consonancia con una época de gran optimismo, de esplendor de la escultura monumental y la creación de parques, que usados como instrumentos de la higiene y el embellecimiento urbano contribuyeron a hacer de la capital la carta de presentación del país.

Con una altura total de cuarenta metros, se compone de basamento y aguja realizados en granito rosado martelinado y tres estatuas de bronce de cinco metros, alegorías de la libertad, la fuerza y la ley. El conjunto se ubica en una fuente hexagonal de dos bandejas.

José Luis Zorrilla de San Martín evidenció su atracción por las metáforas de la estatuaria griega, la monumentalidad y el cuidado en la relación de la obra con el espacio público. Las tres esculturas son expresivamente potentes, con sus cuerpos robustos y rostros decididos.

La aguja presenta recursos expresivos del art déco, en el ordenamiento vertical y ascendente –como la arquitectura inspirada en los rascacielos estadounidenses–, en el juego geométrico del basamento y en el uso de inscripciones como tratamiento plástico. La formalización como obelisco, responde al rond point circulatorio y a las visuales, constituyéndose en un hito urbano.

Desde los menhires de la prehistoria a los obeliscos egipcios, que rendían culto al sol o simbolizaban sus rayos, hasta los obeliscos del siglo XX –que acercaron la escultura al arte moderno geométrico y abstracto–, esta tradición simbólica de la forma ascendente que desafía la materialidad sitúa la obra del hombre, en este caso la ley, entre la tierra y el cielo.

Su significación fue reforzada en la fase final de la dictadura como centro del multitudinario acto de noviembre de 1983 por la reinstauración de la vida republicana.

Autor: José Luis Zorrilla de San Martín (Madrid, 1891-Montevideo, 1975).
Fecha: 1934 (inicio), 25 de agosto de 1938 (inauguración).
Ubicación: Parque José Batlle y Ordóñez (Av. Dr. Luis Morquio, Br. Artigas y Av. 18 de Julio).
Monumento Histórico Nacional desde 1976.

 Monumento a Hernandarias
     

por William Rey

El monumento fue realizado en homenaje a Hernando Arias de Saavedra, quien introdujo en el actual territorio uruguayo las primeras parejas de ganado que dieron origen a la riqueza pecuaria del país. La iniciativa de llamar a un concurso a tales efectos correspondió al doctor Alejandro Gallinal, quien le propuso a la Comisión Nacional de Bellas Artes levantar un monumento a Hernandarias, ofreciendo de sus arcas personales la cantidad de doce mil pesos para los gastos. El 23 de diciembre de 1942 se dictó un decreto que autorizó a la Comisión a organizar el concurso entre artistas nacionales, y el 30 de abril de 1943 se recibieron los bocetos de muy diferentes y calificados escultores entre los que se encontraban Ramón Bauzá, Bernardo Michelena, G. Furest Muñoz, Severino Pose, Pablo Serrano y el propio Antonio Pena, quien resultara ganador.

Siempre me ha seducido este monumento por su manejo de la composición y las formas de asociación figurativa, bajo una lógica dual: la de la tradición clásico-romana materializada en la figura del personaje que, con su quiasmos y posición de brazos evoca la imagen augustea y, por otro, la estética planista de su respaldo, conduciéndonos de manera directa, a una antigüedad de mayor espesor: Egipto, Asiria, aunque también al discurso continuo de los frisos jónicos y de la columna trajana.

Se trata de un contraste en el que se busca conjugar distintas temporalidades bajo la libertad propia de una mirada moderna y ecléctica, que duplica su apuesta de contraste en la materialidad de las partes: el bronce para el héroe cargado de gravitas y la fría piedra para la narración de sus hazañas y contexto histórico.

Este gusto por el pasado clásico es una constante en la obra de Antonio Pena. Sin embargo, esto no impidió en él un sentido de compromiso, que comprendía a la obra como una necesaria manifestación del espíritu de su tiempo. Al igual que sus maestros Hanak y Bourdelle, Pena conjugó la larga experiencia artística de la clasicidad –la que se puede verificar en su recurrente temática mitológica, en el manejo de criterios de proporción o en su evocación sistemática de los modelos griegos y romanos– con nuevas exploraciones que llegan, como en el caso de su Orfeo ubicado en la puerta del crematorio municipal, en sus diseños de medallas y en las ilustraciones de libros, a una importante carga expresivo-abstracta, de más clara visualidad moderna.

Es por ese particular compromiso con la temporalidad que le tocó vivir –al tiempo que su permanente preocupación por la tradición que le tocó heredar– que Pena podrá ser el aliado de un arquitecto como Julio Vilamajó, clásico y moderno a la vez. Es bajo ese espíritu amplio y polifónico que caracterizó a la obra artística y arquitectónica del Uruguay de la primera mitad del siglo XX que debemos ver, y comprender también, el monumento a Hernandarias.

Autor: Antonio Pena (Montevideo, 1894-1947).
Fecha: 1943 (concepción en boceto), 1963 (inauguración).
Ubicación: Rambla 25 de Agosto y Zabala (originalmente). Desde 1975: Rambla 25 de Agosto, próximo a las calles Juan Carlos Gómez e Ituzaingó.
Monumento Histórico Nacional.


Monumento a los caídos en el mar
 
    
 
por Paula Gatti
La plaza en cuyo marco se inserta el monumento se ubica en un sitio privilegiado de la costa montevideana, en la cima de una península escarpada con características de mirador. De diseño moderno y variada vegetación, se estructura axialmente continuando el eje de la avenida General Paz, desde cuya perspectiva asoma al fondo la escultura, que se integra de forma potente al paisaje natural calificando e identificando el sitio.
Según su autor, artista vinculado a las vanguardias europeas, este monumento fue producto de una lenta maduración en forma y contenido. Su concepción se inicia durante la guerra civil española con motivo de “la lucha contra el fascismo”, reformulándose luego su significado en uno más “universal y eterno: la lucha del hombre contra sí mismo y contra su propia animalidad, contra las fuerzas ciegas de la naturaleza que nos rodean”. Este significado se materializa finalmente en su nombre: Monumento a los caídos en el mar, realizado por encargo del Consejo Directivo del Club Naval (originalmente iba a homenajear a los marinos muertos en un naufragio frente al Banco Inglés en 1954).

En el año 1970, la plaza fue rebautizada a pedido de la Armada Nacional, rediseñándose el entorno del monumento mediante la instalación de mástiles y la incorporación de una estela de granito en recordación “A los caídos en actos de servicio de la Armada”.
Realizada en bronce, la obra se instala sobre un basamento de hormigón en el extremo sur de la plaza, al borde de un estanque de forma irregular. De concepción abstracta pero con elementos evidentemente representativos, sugiere la figura del hombre y su lucha contra la fuerza del mar partiendo desde el punto de vista plástico de “dos arcos antagónicos en equivalencia de potencialidades”, que incorporan el espacio en el hueco de su estructura. La estrella que remata el conjunto otorga a esa lucha un destello de esperanza.

Autor: Eduardo Díaz Yepes (Madrid, 1910-Montevideo, 1978).
Fecha: 1957 (boceto definitivo), 15 de noviembre de 1960 (inauguración).
Ubicación: Plaza de la Armada (ex Plaza Virgilio); Rambla O’Higgins, Rambla República de México, Mar Antártico y Mar Ártico.
Monumento Histórico Nacional desde 1976.

 
Monumento a Luis Batlle Berres

por Laura Alemán
Fue concebido como homenaje a Luis Batlle Berres (1897-1964), Presidente de la República en el periodo 1947-1951 y consejero de gobierno bajo el régimen colegiado. La parábola, de treinta y tres metros de alto en hormigón armado revestido en fulget, se eleva vertical, rotunda, enfática.

En su base yace, horizontal, otra parábola: la que dibujan en el estanque circular los surtidores de agua.
Una es sólida, real, evidente; la otra es líquida, virtual, ilusoria. Así dialogan, en falsa homotecia, como si una fuera la proyección abatida de la otra. Dos muros bajos y una breve pantalla (de la que ha desaparecido una leyenda que lucía en bronce) cierran el juego de acuerdo a un esquema concéntrico de efectos expansivos.

Así planteado, el conjunto confirma en su abstracción el pulso impreso por el autor a su obra previa y suscribe la renuncia a todo compromiso figurativo. Una renuncia que adquiere aquí un peculiar impacto: en gesto heroico, la forma estilizada aporta a la ciudad uno de sus pocos hitos escultóricos no narrativos. Se libera de la anécdota, la deglute, la vuelve estructura. Y lo hace en un punto clave de la trama urbana: el vértice del bulevar Artigas, cuya traza definiera la Ciudad Novísima y hoy delimita el área central de Montevideo.

Un punto que cobra fuerza simbólica en el Edificio Libertad (inaugurado en 1985) y su Parque de Esculturas (1996), cuya erección da un nuevo marco al monumento: éste se vincula a la Casa de Gobierno e integra un espacio escultórico más amplio que incluye obras de Atchugarry, Pailós, Cabrera, Fonseca y Podestá, entre otros. Un potente haz de luz azul –hoy suprimido– cruzaba la parábola erguida en dirección norte-sur y marcaba la sede del poder político en el cielo urbano.

Pero ¿de qué habla esta forma casi muda?, ¿a qué alude en su tenso laconismo? Mucho se ha especulado al respecto en ese atávico afán por descubrir en la forma la figura plena de sentido, cuya polisemia incluye la interpretación despectiva que le ha dado la imaginación popular.

Pero dejemos que responda el arquitecto: “El monumento expresa la aspiración de Batlle hacia un mejoramiento de las condiciones espirituales y materiales del pueblo uruguayo. Plasma esa aspiración de una manera permanente en una figura simbólica que abre sus brazos al infinito para recordar que esta aspiración es una meta en evolución y constante superación”.

Autor: Arq. Román Fresnedo Siri (Salto, 1903-Montevideo, 1975).
Fecha: 15 de julio de 1967 (inauguración).
Ubicación: Br. Artigas esquina Luis Alberto de Herrera.


Plaza Armenia

     

por Christian Kutscher

Fue construida como homenaje de la Comunidad Armenia a Uruguay en el 250 aniversario de la fundación de la ciudad de Montevideo, en un marco dominado por la ilusión del infinito que sugiere un horizonte apenas interrumpido por los mástiles del Buceo. Se plasma así, en huella pétrea y metálica, el homenaje de gratitud de una colectividad que en pleno siglo XX halló en Uruguay su segunda patria. “Uruguay! Recibe de tus hijos adoptivos este símbolo de gratitud y lealtad”,reza la leyenda en el monolito que acompaña la plaza desde sus inicios, anticipándose al proyecto definitivo, cuando en 1971 fue inaugurada por iniciativa de Radio Armenia y su director, Antonio Rupenián, alma máter del proyecto.

Se trata de un conjunto unitario que en su materialización conjuga referencias a la geografía y la historia de una nación cuyas raíces se hunden en una de las más antiguas civilizaciones del mundo. Lejos de las elevaciones del Cáucaso, donde Europa y Asia se funden, unos muros ascendentes de hormigón visto evocan el legendario monte Ararat, presente ya en el relato bíblico y reconocido como principal símbolo de identificación de la armenidad. La fuente con el espejo de agua desde el que surgen estos muros representa el lago Sevan, ubicado en el corazón del histórico Reino de Armenia, a casi dos mil metros de altitud.

Elevándose por encima del agua frente a los muros, como queriendo proyectarse contra el horizonte del Río de la Plata, una gran águila de bronce patinado realizada por Hugo Nantes impone su presencia, celebrando con su poderío expresivo la libertad y la fortaleza de la comunidad armenia, y rememorando al mismo tiempo, en las huellas de sus alas desplegadas, el dolor de un holocausto cuyo recuerdo perdura en las generaciones de la diáspora.

Autores: Arq. Fernando Magnou (San José, 1945), Arq. Óscar Ramos (San José, 1934), Hugo Nantes (San José, 1933).
Fecha: 1977 (concurso), 13 de noviembre de 1981 (inauguración).
Ubicación: Rambla Armenia y Br. 26 de Marzo.


Monumento a la Justicia

     
por Mary Méndez
El conjunto se organiza en función de tres formas elementales –triángulo, cuadrado y círculo–, que aluden de manera simbólica a la Justicia. El cuadrado central es el foco principal de la composición y se ubica en el eje de los accesos a los edificios con frente al pasaje, con los cuales dialoga todo el conjunto por oposición con las fachadas eclécticas tanto del ex Palacio Piria como del ex edificio de Onda, ahora reciclado a manera de anexo de la Suprema Corte de Justicia.

El anteproyecto establecía la utilización de cuatro cuerpos perfectos de granito gris oscuro, emergiendo del basamento cuadrado, horadado a modo de estanque. El granito pulido de los bordes de la base y el brillo del agua se opondrían en alto contraste con la piedra de los bloques superiores representando así la transparencia, la solidez y la fuerza eterna de la Justicia. Las cuatro piezas fueron pensadas por el artista como volúmenes puros simétricos de un metro de lado, con la cara superior pulida en forma de cubeta para recibir el agua.

En el proceso de ejecución de las obras, las condiciones de la materia impusieron su lógica al pensamiento, y cuando el artista llegó a la cantera encontró unidades de otro tamaño al propuesto. Los cortes necesarios para obtener los cubos proyectados eliminarían las huellas de las barrenas y la irregularidad de los bloques. ¿Qué hacer entonces con el ‘objeto hallado’? ¿Desechar el material bruto o aprovechar la belleza del cuerpo tosco conservando las marcas de la extracción?
Lorente tomó el material encontrado, lo sometió a la rigurosa mirada del artista y seleccionó cuidadosamente sus piedras más hermosas.

En lugar de claridad conceptual la piedra encontrada ofrece un enigma y admite, por eso, muchos niveles de significado, los admite todos por su ausencia de referentes. En esa ambigüedad, reclama la reacción poética, adhesión o rechazo sin concepto, convalidando así el impacto estético por encima de la idea.
El artista tomó la decisión de no desechar la piedra hallada. Y pagó un caro precio por la ‘imprudencia’, al enfrentar el juicio por “incumplimiento de contrato” presentado por la Suprema Corte de Justicia, del que, con justicia, salio victorioso.

Autor: Rafael Lorente Mourelle (Montevideo, 1940).
Fecha: 1998 (concurso público), 1999 (realización).
Ubicación: Pasaje de los Derechos Humanos. Plaza Cagancha.

 
Memorial de los Detenidos Desaparecidos

    

por Mariano Arana

El primer acierto fue, a nuestro criterio, su específica localización definida por el gobierno municipal en consulta con los vecinos de Montevideo: el Parque Vaz Ferreira, situado en la ladera del Cerro, próximo a la playa, de cara a la bahía y enfrentando a la distancia al puerto y a la Ciudad Vieja de la capital. Enclave emblemático tanto por su valor paisajístico inusual como por sus connotaciones históricas que se remontan a los orígenes de la ciudad puerto, y más recientemente al carácter obrero y popular de la ex Villa del Cerro.

Para tal enclave, la Intendencia Municipal de Montevideo y Fedefam (madres y familiares de uruguayos detenidos desaparecidos) convocaron en 1999 a un concurso abierto del que resultó triunfante el equipo de seis integrantes encabezado por los arquitectos Martha Khoen y Ruben Otero.
La obra, apenas entrevista desde la faja costera, comienza a percibirse en forma paulatina a medida que el visitante transita por el sendero sinuoso y ascendente, jalonado lateralmente por postes lumínicos de altura acotada y sobrio diseño.

Serpenteando por el predio de arbolado profuso y ondulada topografía, el sendero da acceso al memorial emplazado en un amplio claro del bosque. Ni énfasis expresivo ni desbordes formales. Por el contrario, extrema sencillez de planteo y singular contención en el manejo de sus elementos constitutivos.
Lo esencial de la idea: apenas un estrecho corredor a cielo abierto, flanqueado, hacia uno de sus lados, por un espacio rectangular delimitado por un sencillo murete de borde; el todo, procurando alcanzar la atmósfera de recogimiento y serena reflexión que la propia convocatoria del concurso sugería.

Aquel corredor está constituido por dos ‘muros’ paralelos de igual longitud, confeccionados ambos por dobles láminas de cristal sobre las que ha sido grabada la nómina, hasta ahora conocida, de los uruguayos víctimas de la dictadura. Para su lectura, debemos internarnos en el recinto así creado y comprobar que, mediante la simultaneidad de imágenes y diferenciadas focalizaciones visuales, cada uno de ellos sigue presente en nuestro aquí y en nuestro ahora. Sutil y contenida forma de interpelar a nuestra conciencia y ‘transparentar’ la opacidad del oprobio. Minimalismo geométrico que apuesta a la intensidad del mensaje en términos éticos y conceptuales.

En el espacio rectangular adyacente se procedió a despojar el terreno de la capa superficial de suelo sedimentado, dejando aflorar la prístina conformación pétrea del lugar. Su densa coloración y su textura de agresiva rugosidad definen un rotundo contraste con la volumetría elemental y la tersura superficial del corredor acristalado.

Ese alumbramiento del sustrato original, ese redescubrir el soterrado basamento geológico, ese revelar lo hasta ahora oculto, puede leerse como transfiguración metafórica de la búsqueda de la verdad acerca del dramático destino de los detenidos desaparecidos.
No es frecuente constatar –como sucede también con el Memorial del Holocausto– una tan consustanciada cohesión entre mensaje esencial, configuración plástica e inserción geográfica y natural.

Autores: Martha Khoen y Ruben Otero.
Fecha: 1999 (concurso público), 2001 (inauguración).
Ubicación: Parque Vaz Ferreira del Cerro.

Memorial del Holocausto

  

por Mariano Arana

El genocidio perpetrado por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) indujo a la colectividad judía uruguaya y a las autoridades nacionales, a convocar, en 1992, al concurso del que resultó vencedor el equipo constituido por los arquitectos Gastón Boero, Fernando Fabiano y Sylvia Perossio, secundados por el paisajista Carlos Pellegrino.

Piedra, granito y horizonte son los componentes esenciales de esta obra, tal como se la percibe desde el paseo marítimo, allí donde linda con el Parque de las Instrucciones del año XIII, actual sede del Club de Golf del Uruguay.

Un muro de granito rosa de acotada altura se extiende paralelo a la rambla, en una extensión de unos 120 metros, sólo interrumpido en su zona central por un ‘hueco-ventana’ que se abre al mar y muestra el desnivel existente entre el terraplén de acceso y el borde costero.

La aproximación al predio permite vislumbrar un par de rieles ferroviarios que alude al camino sin retorno de los campos de exterminio. Esas vías sugieren el inicio del recorrido descendente, gracias a la rampa que se desliza tangencialmente al muro de contención que puede evocar al Muro de los Lamentos, de fuerte contenido emblemático para el pueblo judío. Se alcanza de este modo el punto de ruptura que se constituye en foco ‘problemático’ del monumento.

La textura de los planos de granito, fuertemente contrastante con la rusticidad de las rocas del lugar, así lo acredita. Así lo acredita también la geometría angulosa del pavimento y de los muros que se apartan de la ortogonalidad y posibilitan el cambiante juego de luces y sombras, de contenido tono dramático.
Dos estrechos puentes de madera inducen a traspasar este punto de incertidumbre y desconcierto hacia la Plaza de la Meditación’, generoso espacio de sereno diálogo con los elementos naturales, de espaldas a la ciudad y su intenso flujo circulatorio.

Allí, varias estelas presentan inscripciones con textos bíblicos y de pensadores de origen judío. Una de ellas lleva la firma del escritor rumano Elie Wiesel (Premio Nobel de la Paz 1986) y señala que “a la tristeza queremos que la acompañe la esperanza”.
Precisamente, invitándonos a elevarnos por sobre la tristeza y el desconcierto, un conjunto de gradas nos conduce, simbólicamente, hacia la recuperación de la esperanza y de la vida.

Autores: Gastón Boero, Fernando Fabiano y Sylvia Perossio.
Fecha: 1992 (concurso público), 1994 (inauguración).
Ubicación: Rambla Presidente Wilson .