martes, 10 de mayo de 2011

Himno nacional de Uruguay

Uruguay nació a la vida independiente en 1828, cuando se firmó la Convención Preliminar de Paz entre Argentina y Brasil con la mediación interesada económicamente de Inglaterra. El nuevo país no poseía símbolos nacionales: ni bandera, ni escudo, ni himno. El Gobernador Provisorio, José Rondeau, recibió entonces el ofrecimiento de Francisco Acuña de Figueroa de colaborar en la redacción de un himno y, para la Jura de la Constitución el 18 de julio de 1830, presentó un proyecto de Himno Nacional. Éste fue aceptado, pero debió esperar tres años para convertirse en el himno oficial. El Himno uruguayo ha sido considerado por distintos estudiosos de la música, como uno de los himnos más bellos del mundo.
El himno fue presentado nuevamente por Francisco Acuña de Figueroa al gobierno del primer presidente, Fructuoso Rivera, que lo aprobó el 8 de julio de 1833. Si bien hubo consenso casi desde el principio de que la obra poética tendría ese carácter, algunos la ponían en tela de juicio debido a las violentas diatribas contra España, Portugal y Brasil que contenía. En el acto de gala en el Teatro San Felipe el 25 de mayo de 1833 se cantaron sus versos con música de Antonio Sáenz, pero cuando se ejecutó por primera vez como himno oficial, el 18 de julio del mismo año, la música era de Barros.
El 12 de julio de 1845 se aprobó una reforma en las estrofas, realizadas por el propio autor, que finalmente sería la versión definitiva. Francisco Acuña de Figueroa quitó las referencias más duras a España, Portugal y Brasil y agregó a la primera estrofa la frase “Tiranos, ¡temblad!”, que posteriormente se haría célebre. La letra de la canción contiene 11 estrofas de 8 versos decasílabos cada una, a la que se agrega el estribillo de 4 versos. Actualmente de la misma sólo se canta la primera estrofa y se repite dos veces el estribillo.
Francisco Acuña de Figueroa también es autor de la letra del Himno Nacional de Paraguay.

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